Hoy nos hemos despachado dos noticias de cierta relevancia en nuestro sistema financiero. De un lado la compra de un 8% de Bank of Shangai por parte de Santandery de otro la adquisición de Banco Popular de un 24,9% del mexicano Grupo Financiero Ve por Más. Creo que ambos merecen una reflexión.
Las participaciones minoritarias no generan valor.
Eso que es algo que vengo defendiendo desde hace tiempo, y con razón pues en la banca se ha demostrado con una mayor evidencia. En mi opinión, y es algo totalmente personal, los bancos se tienen o no se tienen. Una participación minoritaria no da el control. Esto que es obvio es importante porque en ningún negocio el minoritario manda. Se está presente en el consejo, se asiste a la toma de decisiones, incluso se participa, pero no otorga ningún control. En la banca es más crítico, ya que por razonas intrínsecas del sector es muy importante una alta sintonía pues los modelos de gestión bancarios son muy diferentes por razones culturales, comerciales y estructurales.
En el caso de la compra de Santander. Se ha demostrado a lo largo de esta década tras varios acuerdos de cooperación y participaciones cruzadas, que estas operaciones no otorgan más que un derecho sobre un dividendo y poco más. El mercado chino es tremendamente complicado por las altas barreras de entrada y el férreo control gubernamental. Las supuestas sinergias que se venden luego no son tales y eso tira por tierra el sentido estratégico de estas operaciones. El caso de BBVA o el deCaixabank son más que evidentes.Santander cree que esto será posible y tendrá que demostrarlo, pero de entrada personalmente recelo mucho de este tipo de operaciones en este país.
La operación del Popular tiene algo más de profundidad en su análisis. De entrada compra una entidad pequeña, estamos hablando del puesto 16 en el ranking por volumen de créditos y seguramente fuera del top ten por activos gestionados. Es decir, es una compra pequeña y por tanto de riesgo reducido, aunque esto es muy matizable. Sin embargo, paga muy caro pues lo hace a unas 30x beneficios y a casi 2x book value, lo cual me parece una barbaridad pues aparentemente no hay prima de control y se trata de una entidad con cero sinergias y poca representatividad en el sistema. Además, lo hace a costa del accionista pues la operación (620 mll$, 450 mll€), se paga con cromos, lo cual implica una dilución de hasta el 6%para el actual accionista. Recordemos la tremenda dilución que viene sufriendo en los últimos años el accionista del Popular. Así pues, se entra en un mercado desconocido, a través de una entidad pequeña, pagando una considerable prima y con una relativa importante dilución al accionista.
Mi percepción particular es que el acierto de estas operaciones sólo se demuestran en el tiempo. A priori no se pueden catalogar como malas, de hecho en ningún caso lo afirmo, sino que o bien por el tamaño o bien por el precio, no parecen acertadas de cara a una hipotética creación de valor. Pero insisto es mi opinión particular la cual evidentemente choca con los que la han diseñado pues algo habrán visto y/o negociado. Igualmente recalco que estas operaciones tienen sentido estratégico cuando se compra la mayoría del capital, pues sólo así se puede implantar un modelo de negocio y se asume el riesgo de desarrollo sin chocar con el accionista (otra historia es el regulador). Lo que es evidente es el mensaje que hay detrás: en España el crecimiento orgánico es nulo y hay que salir fuera. Eso es peligroso pues choca con el mensaje de normalización que espera el mercado. Es cierto que hay un esfuerzo importante de reestructuración detrás y que las entidades están absolutamente centradas en el control de riesgos y en la preservación de capital, pero es inevitable pensar que la segunda operación de “asalto” al continente americano tiene una implicación clara sobre el crecimiento del negocio bancario en el país, ahora que tanto se habla de necesidad de crecimiento en el crédito. Parece clara la respuesta.
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